Hola chicos!!
Aquí estamos de nuevo. ¿Recordáis la última sesión? No pasa
nada, yo os la refresco rápidamente. Estuvimos hablando del problema del
tabaquismo e hicimos el experimento de la “botella que fuma”, estuvimos
charlando también sobre el alcohol y las consecuencias de su consumo. Hicimos
la actividad de colocarnos en círculo y pasar un mensaje con las manos para ver
la rapidez en las reacciones y cómo se verían mermadas por el alcohol.
Finalmente, en la última sesión, hicimos un autorretrato y
leímos una lista de estrategias para aprender a gustarnos tal y como somos;
porque si tenemos una buena autoestima será mucho más fácil decir que no a todo
aquello que no es bueno para nosotros.
“Ni siquiera el mejor explorador del mundo hace viajes tan
largos como aquel hombre que desciende a las profundidades de su corazón”
-Julien Green-
Hoy me gustaría hablaros de la autocomunicación positiva. En
sesiones anteriores la hemos tratado pero ahora lo vamos a hacer de una manera
más específica. Resumiendo: esta sesión trata de lo que nos decimos a nosotros
mismos para mejorar nuestra autoestima.
Como bien sabéis, las palabras tienen el poder de perpetuar
o modificar creencias y, por lo tanto, de determinar conductas.
Hablar con uno mismo y sobre todo en voz alta tiene poco de
locura, al igual que establecer un dialogo interno donde desmenuzar tristezas y
difuminar preocupaciones. Pero pocas prácticas resultan más terapéuticas que
esta, porque al fin y al cabo todos vivimos con nosotros mismos, y comunicarnos
con el propio ser es algo vital y emocionalmente necesario para atendernos como
merecemos.
Para tener una buena comunicación positiva, y a su vez
efectiva, se recomienda seguir esta serie de estrategias:
• Hablar con uno mismo nos permite
«centrarnos en el momento presente con las emociones presentes» para tomar
conciencia de ellas, entenderlas, gestionarlas.
• El diálogo interno es también una
poderosa fuente de motivación, la más
sincera, la más confiable y la que nunca debe fallarnos. Así, y aún en
las situaciones más adversas, nada puede ser más energético que decirnos a
nosotros mismos eso de «adelante, lo estás pasando mal pero no puedes rendirte
ahora, vamos allá».
• Huir de las etiquetas. Cuando
nos hablamos, no debemos utilizar palabras que te puedan encasillar, pues
provoca inseguridad y disminuye tu autoestima. En lugar de decirte, por
ejemplo, «soy un desastre con la Lengua», es mejor sustituirlo por «venga, voy
a hacer el análisis sintáctico de nuevo».
• Ahorrarse las generalizaciones y el
uso de términos absolutos. Si se generaliza una acción concreta con
palabras como: «siempre», «nunca», «todo» o «nada» —«es que nunca
escucho», «siempre me despisto»—, puede provocar una sensación de
incomprensión y de rechazo hacia uno mismo.
• Evitar el imperativo. Las
expresiones de este tipo fomentan la represión emocional y la creencia de que
es mejor no mostrarse ni manifestarse a los demás.
• Hablarse siempre en positivo.
Debemos cuidarnos y mimarnos. No podemos ser nuestras peores madrastras.
• Aplicar el principio de
responsabilidad. Hacerse responsable de las palabras que se utilizan para
permitir establecer relaciones más fuertes y comprometidas. Por ejemplo,
es mejor utilizar «lo haré» que «lo intentaré».
«Hay tres cosas extremadamente duras: el acero, los
diamantes y el conocerse a uno mismo”.
-Benjamin Franklin-
Por si no tenéis el cuadernillo en casa, os cuelgo la foto
de la sesión de hoy. Quiero que lo completéis en casa, pero sobre todo deberéis
ser sinceros en vuestras reflexiones.
Me gustaría que me comentarías cómo os habéis sentido en la
realización de la sesión, si mantenéis este diálogo interno con vosotros
mismos, si os tratáis de forma dura cuando cometéis un error,...
Espero vuestros comentarios.
Un salud.
Henar
FRASES QUE TE PUEDEN AYUDAR EN LA REFLEXIÓN